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INTRODUCCIÓN BREVE AL CONCEPTO DE METAREALIDAD

 

Vivimos una era dominada por la tecnología, en la cual la realidad que percibimos es deformada tanto por nuestros aspectos biológicos como por nuestro contexto cultural, el cual determina nuestro comportamiento ante diversas situaciones.

 

El concepto de hiperrealidad propuesto por Baudrillad nos revela en gran parte el como se logra deformar la percepción colectiva para fabricar un juego de creencias que determinan las ideas con las que la humanidad en general interpreta los hechos.

 

Pensemos un segundo en el fenómeno de la documentación de hechos a través de un aparato digital, como lo es la cámara de video de un celular. Un simple video publicado en algún medio digital como youtube puede cambiar la concepción masiva de un evento, provocando una manipulación emocional que configura nuestro comportamiento.

 

Hoy ya no se trata de investigar a fondo y documentarse sobre un tema para tomar una postura, sinó de utilizar un juego de creencias tomadas vagamente de una serie de memes o de videos de youtube; se trata de profundizar en la forma, olvidando que el fondo es lo que determina la apariencia, y que estas, a final de cuentas son subjetivas.

 

Agreguemos el hecho de que la racionalidad es mal vista, pues aparentemente esta nos ha llevado a un camino de destrucción que acabó con los sentimientos de toda la humanidad, volviéndolos máquinas incapaces de sufrir, sentir alegría o demás. Según la posmodernidad, la racionalidad es un obstáculo hacia la felicidad.

 

Sin embargo, el racionalizar los eventos que acontecen que tradicionalmente nos hacen sufrir los hace más llevaderos… entonces, ¿porqué pensar es tan malo? C. G. Jung escribió “pensar es difícil, por eso tantas personas juzgan”. Es más fácil adoptar una postura con base a memes que hacerse responsable por el pensamiento propio.

 

Al carecer de un fondo, la población en general interpreta las noticias que recibe en el feed digital con base a su emoción, a la resonancia que el mensaje propuesto provoque en el alma del lector. Más allá de no investigar los hechos indicados, el lector asume como verdad el mensaje, y lo acepta como realidad, sin siquiera tomarse la molestia de analizar el contenido para racionalizarlo.

 

La audiencia, a final de cuentas, construye su percepción de la realidad con base a creencias propuestas por individuos, y tomando en cuenta que el internet está lleno de basura que puede contestar como positivo ambos lados de cualquier pregunta, el medio se vuelve un tesoro de información solo para aquellos que saben lo que buscan, y que saben como buscarlo… para todos los demás, el internet solo está lleno de opiniones, la mayoría de ellas sin fundamentos ni sentido.

 

El resultado es que tenemos una población que sostiene su percepción con base a creencias, y no con base en los hechos. Esto provoca un retroceso gigante en la evolución intelectual del ser humano, pues se confía el conocimiento a un stream de datos cuyo origen puede o no ser confiable. El hecho que en general las personas prefieran creer a investigar provoca la creación de una metarealidad que atrapa al ser humano. Hablando metaforicamente, esta limitante puede representar el demiurgos de Blavatski, o el panopticón de los Gnósticos; un muro invisible a vencer que se manifiesta desde nuestra ignorancia hacia lo desconocido.

 

Cada persona crea una metarealidad, que si bien hace alusión o proviene de conceptos reales, no es per se la realidad como tal, pues está totalmente limitada a la observación de los fenómenos, su experiencia empírica, su comprensión racional y por último, su resultado emocional; como tal, el refrán “cada cabeza es un mundo” se vuelve profundo al entender que la experiencia subjetiva vuelve imposible la comprensión fenomenológica de las demás personas, pero de ninguna manera impide que a través del uso de la razón podamos ser empáticos.

 

La creación de una metarealidad es el resultado de una acción neurológica que emplea nuestro cerebro para lograr nuestra supervivencia, observando solo lo que le interesa o le representa peligro, creando un lenguaje de la realidad que solo el observador es capaz de comprender, pero que forma un tronco de su comprensión del universo.

 

De alguna manera vivir en una metarealidad se parece a vivir en un sueño, en donde la atención se enfoca a ciertos puntos, ignorando el resto del entorno y limitando de sobremanera nuestra capacidad de entender lo que nos rodea; si no somos capaces de observar, mucho menos seremos capaces de ejercer nuestra influencia natural en el resto del mundo, volviendo nuestra vida en un estéril cronocidio, vida digna para cualquier organismo de carácter unicelular, el cual solo busca alimentarse y sobrevivir para reproducirse.

 

¿Acaso es esa una vida digna para los habitantes de una sociedad que se jacta de dominar el conocimiento, la ciencia, la tecnología y el arte? Vivimos plagados de seres que afirman dominar con su existencia los secretos de la vida, y sin embargo no pueden tener una evolución intelectual que les permita extender el alcance de su percepción, mucho menos de su comprensión.

Estamos devolucionando a un nivel en el que nuevamente la fuerza física y la capacidad de agresión cobran mayor sentido ante la capacidad de diálogo y la empatía. Peligrosamente nos limitamos a entender el mundo según las cosas que verdaderamente comprendemos, y si no logramos expandir nuestra metarealidad hasta hacerla estallar en la burbuja de la realidad, estamos condenados a seguir siendo esclavos de lo poco que conocemos y entendemos.

 

El mundo ha cambiado… es hora de volver a aprender de nosotros mismos para poder entenderlo.

 

 

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12-nov-2016